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Presidente Gabriel Boric rinde homenaje a Violeta Parra en su visita a La Paz

El mandatario chileno se hospedó en el histórico Hostal Naira, antiguo espacio cultural donde la artista dejó una huella imborrable, reafirmando el valor del arte como puente entre dos países.

Jueves 13 de noviembre de 2025

En el marco de su visita oficial a Bolivia para participar en la transmisión de mando del nuevo presidente de Bolivia, Rodrigo Paz, el mandatario de Chile, Gabriel Boric Font, incorporó a su agenda un gesto cargado de sentido cultural y simbólico: su estadía en el Hostal Naira, antiguo recinto que en los años sesenta albergó a la legendaria Peña Naira, punto de encuentro del folklore latinoamericano y escenario donde Violeta Parra compartió su arte con músicos bolivianos.

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El presidente llegó acompañado por la subsecretaria de Relaciones Exteriores, Gloria de la Fuente, y fue recibido por el Cónsul General de Chile en La Paz, el embajador Fernando Velasco, quien impulsó en octubre —a través de un proyecto financiado por DIRAC— un homenaje a la artista chilena en el mismo lugar. Aquella iniciativa incluyó la instalación de una placa conmemorativa en honor a Violeta Parra y un conversatorio junto a la directora de la Fundación Museo Violeta Parra, Denise Elphick y las expositoras bolivianas María Antonieta Arauco y Leni Ballón, reafirmando los lazos culturales entre ambos países.

Gracias a un proyecto apoyado por DIRAC, el Cónsul General de Chile en La Paz, el embajador Fernando Velasco, realizó un homenaje a la artista chilena en el Hostal Naira, donde se conmemoró el paso de Violeta Parra por Bolivia.

Durante esta primera visita de un mandatario chileno a Bolivia en casi dos décadas, Boric compartió un momento con el personal del hostal y recordó el legado de la cantautora: “Violeta es fundante; recorrió todo el campo chileno donde la gente no sabía leer ni escribir, pero sabía cantar. Por lo tanto, el arte de Violeta es, y no eufemísticamente, el arte del pueblo”, señaló el mandatario.

El lugar, ubicado en la emblemática calle Sagárnaga —corazón turístico y bohemio de La Paz—, guarda entre sus muros el eco de aquellos años en que la música y la poesía fueron vehículo de hermandad. En una placa se lee: “En homenaje y recuerdo a la voz y la presencia de nuestra Violeta Parra, guardadas para siempre en este lugar.”


“En homenaje y recuerdo a la voz y la presencia de nuestra Violeta Parra, guardadas para siempre en este lugar”, señala la placa conmemorativa.

Antes de regresar a Chile, el presidente Boric publicó en sus redes sociales un mensaje de agradecimiento que resume el espíritu de su paso por el sitio: “Me despido de La Paz entregando un presente en nombre de Chile a un lugar donde Violeta Parra dejó huella y donde tuve el honor de alojarme junto a la delegación: la Peña Naira, hoy convertida en hostal. ¡Gracias al pueblo boliviano por su cariño!”.

Buena acogida en La Paz

La elección de hospedarse en el Hostal Naira —y no en un hotel oficial— fue interpretada como una señal de sencillez, cercanía y compromiso cultural, en coherencia con el propósito de su visita: reforzar la hermandad entre Chile y Bolivia desde el arte, la historia y la memoria compartida.

“Me voy con ganas de seguir trabajando por la hermandad de nuestros pueblos”, expresó Boric al concluir su recorrido por las calles paceñas, donde compartió con ciudadanos, visitó librerías y probó platos tradicionales, entre ellos el clásico fricasé paceño.

La visita del presidente a la ex Peña Naira no solo evocó la figura de Violeta Parra, sino también el espíritu de encuentro que dio origen a ese emblemático espacio cultural. Como destacó el embajador Velasco, “este lugar simboliza la conexión entre la creación artística y la amistad de nuestros pueblos. Que un presidente chileno vuelva aquí, donde resonó la guitarra de Violeta, es un gesto que habla de respeto, memoria y futuro compartido”.

“Este lugar simboliza la conexión entre la creación artística y la amistad de nuestros pueblos. Que un presidente chileno vuelva aquí, donde resonó la guitarra de Violeta, es un gesto que habla de respeto, memoria y futuro compartido”, señala el embajador Velasco.